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miércoles, 19 de octubre de 2011

Parece ser que soy de esa clase de personas que no se dan cuenta de lo que ocurre hasta que lo ponen por escrito.
El Viernes debería haber sido un punto y aparte, un corto y cambio, un perfecto y adiós. No fue así, fue un no sin ti, un acaba ya, un ¿En qué mierda me he metido?
Vaya si las cosas están complicadas, un día crees que alguien te gusta y al día siguiente empiezas a meterte en lo que la gente cree que es la cúspide de la vida, y en realidad nos puede hundir más que cualquier otra cosa.
Y llegó el Sábado, tu, yo, los dos, un abrazo, un beso, no necesitaba nada más. Te necesito a ti, siempre, conmigo, para mí, a mi lado, juntos. Ese es el problema, el Sábado pudo ser uno de los días más felices de estos últimos meses y, sin embargo, solo me queda un sabor amargo en la boca.
Hoy he recibido peores noticias, tú siempre me dices que cuando tienes una etapa mala luego llega una buena, pero ¿Cuándo va a llegar esa jodida etapa?
Hace unos días leí que compadecerse a sí mismo es de mediocres, intentaré mantener la calma, seguir con la cabeza bien alta y tener la sonrisa más bonita para mí, porque tu no te la mereces.
Nada me gustaría más que tenerte ahora a mi lado, pero se que esto debería ser un adiós para siempre.


La cabeza en las nubes, los bolsillos llenos de sueños.

2 comentarios:

  1. Ay ay ay Eva... ¿qué será de nosotras? A mí también me gustaría saber cuándo llegará la maldita etapa de tranquilidad... Te acompaño, como siempre. No dejes de escribir, de algo nos sirve.. al menos el desahogo puede ser un consuelo.

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  2. Con paciencia todo llega.
    feliz semana.
    un abrazo.

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