Again

Leyendo diversos escritos de otros blogs me he dado cuenta de que aunque últimamente me caracterice la negatividad hubo un tiempo en el que creo que fui increíblemente feliz.
Lo nuestro era amor, loco, descontrolado, desenfrenado. Eramos dos estúpidos que no teníamos nada que perder. Como todo, al final, cuando lo conseguimos lo perdimos. Por eso nos queríamos, eramos iguales, pensábamos las mismas cosas justo en el mismo instante, sabía lo que sentías y sabía que sintiera lo que sintiera tu lo ibas a saber. Dos locos que pensaban que el tiempo no pasaría, que no madurarían, crecerían ni evolucionarían. Dos necios que pensaban que solo bastaba amor para vivir, para seguir, para soñar. Eso era, un sueño que se tornó a pesadilla. Una pareja de pájaros a los que les cortaron las alas, una realidad que les abordó rápida y enérgicamente. Pero no me arrepiento, nunca me arrepentiré, aún se dibuja una sonrisa en mi cara cuando te recuerdo haciendo chorradas en aquellas estrechas y poco transitadas calles de Madrid por las que me perdía de tu mano, todos los helados que compartimos de ese sitio que tanto me gustaba, ahora hacen que se derrita mi corazón. Dormirme sabiendo que me mirabas y despertarme con la misma imagen y con unas lindas palabras saliendo de tu boca, joder, me hiciste realmente feliz.
Amor puro, loco, idiota, enternecedor, excitante, devastador, increíble, bello. Tu, tu preciosa sonrisa, tus manos calentando las mías, tu boca recorriéndome, tu aliento a unos milímetros de mi. No se cómo ni por qué pero fuimos idiotas, si, mucho, pero nos queríamos, con nuestra gran lista de defectos, con nuestros muchos fallos, tu con tus obligaciones, yo con mis ideales, tu con tus lindas palabras y yo con mi maldita sarta de incoherencias. Pase lo que pase, te llevo dentro.
Dos escritos en un día, la inspiración prolifera en unos días en los que veía mis palabras asemejarse a los de un párvulo. Estos días no podré escribir mucho ni bien, pero volveré con lo que me pase por la cabeza, mis típicas memeces que espero que podáis disfrutar en la medida de lo posible. 
Ojalá pudiera volver ahora mismo a Londres, ese lugar mágico en el que los problemas se difuminarían. Algún día iré para quedarme.