Seguidores

sábado, 16 de abril de 2011

Finally.

Hacía bastante tiempo que no empleaba una tarde en ir al cine, al teatro ni a nada similar. Esta tarde le tocó a un supuesto musical, que más bien era un teatro alternativo. Fui a verlo con mi madre, desde pequeñitas solíamos ir juntas a estos sitios y lo añoraba mucho así que le regalé un par de entradas. Ella siempre fue una gran fan de Serrat y a parte, el argumento de la obra era bastante bueno, hubo risas, canciones y alguna que otra lágrima, pasé un buen rato. Lo que más me emocionó fue ese brillo en los ojos de mi madre, hay gente que se contenta con tan poco, que es feliz solo con una tarde en un teatrillo de una calle poco transitada.
Quizá soy demasiado exigente, no solo conmigo, sino con todo lo que me rodea. Pido demasiado, exijo lo imposible, me mato por conseguir todo lo que quiero y, aunque a la larga sea lo más fructífero, me trae bastantes disgustos y quebraderos de cabeza.
Esta tarde me hizo pensar, al carajo con todo lo anterior, que le den a mis neuras y a mis rayadas, voy a disfrutar cada segundo, la vida no está para filosofar sobre el ser o no ser, sobre el tirarse a la piscina o permanecer a la sombre, la vida está para tirarse desde lo más alto sin protección alguna, para fallar, volver a fallar y alguna vez con ayuda hacer algo a derechas, pero nunca dejando nada para el día siguiente. Si tienes algo de felicidad derróchala, mañana ya tendrás tiempo de volver a llenar el depósito, esa ha sido mi lección de hoy, ya veré lo que pasa mañana.

1 comentario:

  1. Me encanta. Me encanta todo lo que has dicho. Sobre todo la última frase. Un beso :)

    ResponderEliminar